* Una tradición que se mantiene desde hace más de 40 años * Su peregrinar sólo tiene un receso durante su fiesta
PAJACUARAN.- Como todos los días de todos los años, desde hace más de 40, la imagen de Nuestra Señora del Rosario recorre los hogares de esta población para recibir la veneración de las familias.
Se trata de una tradición que ya enraizó en esta población y que no solamente se mantiene sino que se vigoriza con la participación de un número mayor de familias como consecuencia del crecimiento de la población.
La creciente devoción a la Virgen del Rosario es tal que hay familias que tienen que esperar hasta 10 años o más para poder volver a tener la imagen nuevamente en su hogar.
La imagen recorre los hogares de la población durante todo el año y solamente hace un alto en su recorrido con ocasión de su fiesta que se celebra el 7 de octubre en su capilla.
Como preparación a la fiesta de octubre se desarrolla un novenario en el que participan barrios y gremios de la población y es el periodo en el que la venerada imagen permanece en su capilla para luego reiniciar su recorrido.
Una vez que concluye su fiesta en la capilla hace una visita al tempo parroquial de donde continúa su peregrinar por todos los hogares de la población conforme a una larguísima lista de familias que se anotan para recibir a la imagen en su hogar.
La imagen de Nuestra Señora del Rosario permanece 24 horas en cada hogar. Generalmente arriba a un hogar a las 10 de la mañana y deja ese hogar a las 10 de la mañana del día siguiente para trasladarse a otro hogar y así sucesivamente.
En la casa a la que llega la imagen le levantan su altar, adornan una habitación, un pasillo o un portal y colocan algunas sillas. La imagen es recibida con muestras de júbilo y de alegría y en medio de cantos y oraciones.
Durante el día y parte de la noche tanto la familia que tiene la imagen como los vecinos acuden a rezar el Rosario y a venerar a la querida imagen en tanto que la familia que recibe la imagen atiende a los fieles visitantes con aguas frescas, tacos, atole y refrescos.
Por la noche suele ofrecerse atole y hasta tamales a los visitantes o de perdida un cafecito o un té acompañado con un pan.
Generalmente al mediodía corresponde a los hombres hacer la visita a la virgen para rezarle. A ellos se les ofrece una comida, que puede ser sencilla, modesta o generosa, según las posibilidades de la familia que recibe a la imagen.
Cuando la imagen abandona los hogares las familias que la alojaron la despiden con oraciones y con flores pero también con tristeza porque lo más probable es que pasen muchos años más antes de que la vuelvan a tener como huésped en su hogar.