Monseñor Manuel Silva Rodríguez
El amor a la vida y la lucha para obtener lo que se necesita a través de trabajo son valores que recibió Monseñor Manuel Silva Rodríguez desde que nació en Pajacuarán, Michoacán.
Cuando sintió el llamado hacia Dios se trasladó a Culiacán y junto a sus hermanos recibió de sus padres el amor al Señor.
Su niñez y familia
"De pequeño fui un niño trabajador y estudioso, porque yo empecé a trabajar desde que estaba en segundo de primaria, ese sueldo alcanzaba a pagar mi colegiatura. Mi vida era estudiar y trabajar, salía de la escuela a las 13:00 horas, comía y me iba a la panadería a limpiar las charolas, al principio, y así fui ganando otros puestos", expresó Silva Rodríguez.
Con sus hermanos y papás tuvo una relación muy buena, aún cuando salió de su hogar para irse al Seminario y aceptó que aunque estuvo lejos siempre se sintió cerca de ellos, porque en su corazón estaban cerca, al pendiente y apoyándolo.
Nace su vocación
Su vocación para el sacerdocio surgió cuando estudiaba la primaria, ya que al colegio donde asistía periódicamente lo visitaban los seminaristas y sacerdotes, quienes les compartían enseñanzas de la ley de Dios.
"Mi vocación nace desde que estaba en la primaria, donde nos visitaban seminaristas y sacerdotes ellos en algún momento nos enseñaban sobre valores o la misma vocación sacerdotal, al ver uno esos modelos, despiertan el deseo de seguir el mismo camino y éste, se afianzó en la preparatoria", comentó.
Al realizar sus estudios en Michoacán, desde primaria hasta preparatoria, y su gusto por predicar el amor al Señor, Silva Rodríguez se trasladó al Seminario de Culiacán, a donde llegó en 1988.
"Yo estaba en la preparatoria y Seminario allá (Michoacán) y el padre Isidro Guerrero era Rector del Seminario de Culiacán y cada año visitaba mi pueblo y es cuando me acercaba a él, yo sabía que él iba a celebrar misa el 27 de julio y yo acudía a su misa, en ese tiempo, él duró tres años invitándome al Seminario de Culiacán, hasta que acepté", añadió.
Una etapa difícil
En un principio, explicó, que sus papás se desconcertaron, pues si allá ya acudía al Seminario, no entendían el por qué de viajar al norte del país, pero Silva Rodríguez no los escuchó y siguió su corazonada.
"Esa etapa fue muy difícil para mí, pues no conocía a nadie, únicamente al Padre Isidro, como que me encapriché y me vine, son los planes de Dios; llegué un primero de septiembre de 1988 ahí a la Central vieja, como a las 16:00 horas, recuerdo que estaba haciendo mucho calor, ya me habían dicho, pero no me imaginé qué tanto", recordó.
"En el Seminario me estaba esperando Pedro Valle, que ahora es sacerdote, nos ordenamos juntos en 1995, él tenía la encomienda de recibirme y yo sentí que ya nos conocíamos por el trato y amabilidad y me sentí en mi lugar".
Inicia una nueva etapa
El 29 de junio de 1995 fue un día especial, en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario, el Obispo Benjamín Jiménez Hernández lo ordenó como sacerdote, siendo él integrante de la primera generación que ordenó el Obispo; y el 18 de diciembre de 2009 recibió las investiduras como Monseñor.
"Cuando me ordenaron sacerdote fue ir a estudiar Teología Moral en la Academia Ponciana, en Roma, por dos años, después fui prefecto de Teología por dos años en el Seminario de Culiacán, por tres años estuve al frente del templo del Santísimo Sacramento en Infonavit Las Flores y hasta la fecha estoy en la parroquia del Espíritu Santo, en Las Quintas, donde tengo ocho años", compartió.
Su preocupación
El principal problema que tiene la sociedad es que carece de amor, éste es el fundamento de todo principio y valores, mientras no haya amor todo se desordena y se malentiende.
"Mi mayor preocupación es ver el sufrimiento de las personas y a veces sólo necesitan una palabra de aliento, que alguien los escuche y les de una luz para salir de sus problemas y tristezas, es lo que me motiva y más que he visto cómo muchas personas encuentran la luz de Dios", dijo.
"La solución de esta sociedad fracturada es que acepten a Jesús en sus vidas y corazón como su Señor y salvador, es quien les va a mostrar el camino que tienen que seguir; porqué el camino que existe es de paz, justicia, amor y de perdón".
"La solución de esta sociedad fracturada es que acepten a Jesús en sus vidas y corazón como su Señor y salvador, es quien les va a mostrar el camino que tienen que seguir; porqué el camino que existe es de paz, justicia, amor y de perdón".
Manuel Silva Rodríguez
Monseñor
PERFIL
Manuel Silva Rodríguez
Papás: Manuel Silva Magallón y María Esthela Rodríguez Alcázar.
Hermanos: Es el mayor de Ana Lucía, Cristóbal, Carmen y Guadalupe Silva Rodríguez.
Sueña con: "Con que alguna vez tenga una casa para ayudar a enfermos terminales, es un sueño que he tenido últimamente".